sábado, 27 de marzo de 2010

NOCHE SIBERIANA EN INGENIERIA


A la Dirección de Cultura de la UBA (de la cual no teníamos más remedio que depender), le importaban muy poco nuestras funciones de fin de semana en Corrientes 2038. Así hiciésemos cinco, seis o cuarenta espectáculos en alternancia, con la sala siempre colmada de público, a ellos eso no les significaba nada, porque no les permitía “figurar” entre las autoridades del Rectorado o de las facultades.
Ninguna autoridad, ningún empleado de carrera de la Universidad acudía a presenciar nuestras funciones, porque como se hacían en sábados y domingos y para ellos esos eran días feriados…seguramente preferían dedicarse a otras actividades que les significasen algún rédito en cuanto a figuración social.
Pero como la Dirección de Cultura, huérfana de proyectos la mayor parte del año, tenía que justificar de algún modo su existencia, programaba presentaciones de lo que consideraban “su” elenco de teatro, cualquier día hábil de la semana, en alguna de las facultades, sin preguntarnos antes si estábamos disponibles, si no teníamos previstos ensayos de nuevas obras o tareas de artesanado. Total, los del TUBA éramos laburantes de tiempo completo, los 365 días del año…
Así fue como una noche de invierno de 1982, de esas en que por hacer Chéjov el frío era coincidentemente siberiano, nos mandaron a actuar en un gimnasio de la Facultad de Ingeniería, en su sede de Paseo Colón e Independencia.
Fuimos con la hermosa “Chejoviana” (esa de la cual una espectadora puso en una encuesta que “Chéjov estaría muy feliz de poder verla”), en la que se representaban tres de sus geniales cuentos (“Una corista”, “El malhechor” y “Un carácter enigmático”) y donde se insertaba también la farsa en un acto “Un trágico a la fuerza”.
El público, obligado a estar sentado durante casi dos horas, prácticamente se congeló y nosotros, a pesar de la gimnasia de la actuación, no le fuimos en zaga. Por eso vale la pena que escuchen a continuación el final de esa gélida función, en el que uno de nuestros compañeros impulsa a los demás a animarse a salir a saludar, exhortándolos a que “No se achiquen…!!!”.
Pobre TUBA…a cuántos manoseos fue sometido, para que después se lo terminase despreciando y olvidando como algo que no valió la pena que existiera nueve años…

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