viernes, 26 de marzo de 2010

EL TUBA: LUGAR DE CONVERGENCIA PARTICIPATIVA


Desde su convocatoria inicial, a fines de 1974, el TUBA fue concebido como un centro de drama aglutinador del estudiantado proveniente de todas las disciplinas curriculares bajo dependencia del Rectorado de la Universidad de Buenos Aires.
No fue algo que yo tuviese en aquel momento que lo enfoqué de esa manera, (lo confieso) la capacidad de evaluar en su importancia histórica, como apertura a la participación en un ámbito de convergencia, de jóvenes estudiantes a los que la estructura de edificios dispersos de la Universidad de Buenos Aires no estaba ni está en condiciones de brindar.
La Universidad de Buenos Aires no cuenta todavía, a 189 años de su creación en 1821, con una “ciudad universitaria” que aloje a todas sus facultades y carreras, institutos y laboratorios, centros recreativos e incluso actividades deportivas. (La que se pensó como ciudad universitaria y que existe desde 1967, cerca del río, es asiento de sólo dos facultades, del Ciclo Básico Común y de algunos laboratorios).
El TUBA fue, durante nueve años, un lugar en el que jóvenes alumnos de medicina o de derecho pudieron dialogar y compartir experiencias con los de ciencias exactas, ciencias económicas, veterinaria, letras, arquitectura o sociología.
Entre tantas distorsiones, omisiones y falsedades que la Universidad argumentó luego de su cierre para justificar el manto de olvido en que se lo sepultó, se me antoja que una de las más graves es la negativa a reconocer que el TUBA fue y sigue siendo hasta hoy el PRIMER y UNICO teatro universitario integral DE LA Universidad de Buenos Aires, a diferencia de las agrupaciones teatrales, musicales o deportivas que sitúan su labor de extensión dentro de cada facultad.
No creo que la Dirección de Cultura de la UBA haya guardado los miles de planillas de inscripción de aspirantes a ingresar al TUBA (fueron más de 1600). De existir esas solicitudes en algún archivo, esto de la convergencia del estudiantado de todas las carreras en los talleres actorales y artesanales del TUBA sería hoy el mejor argumento para reclamar, de una vez por todas, la incorporación del “TEATRO DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES” a la reseña histórica de la UBA.
Si se accede a su página Institucional en internet, se comprobará que no figura.
Será que acaso nunca existió…?

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