domingo, 14 de marzo de 2010

CUANDO EL TEATRO "SERIO" TAMBIEN ES UNA FIESTA


El TUBA llegó a construir un puente de acercamiento con los espectadores, que no se estila en el resto de los teatros. Si el espectáculo usaba el telón de boca (qué íbamos modificando de una obra a otra), el cierre se producía al finalizar los aplausos, como de costumbre, pero los espectadores habitués sabían que unos instantes después se volvía a abrir, para dar lugar al encuentro amistoso entre los que habían actuado, los que habían hecho apoyatura de sala y la gente que había estado en la platea, que les agradecía, los abrazaba, les daba los objetos que habían traído de regalo, les hacía preguntas y en algunos casos, (como en la “Chejoviana” de 1982) terminaba integrándose a la danza que se improvisaba sobre los acordes de la suite “El perno”, de Shostakovicht, que los altavoces seguían difundiendo por largo rato.
He aquí, para corroborarlo, el registro del final de una función de “Chejoviana” en Corrientes 2038. El viejo actor, protagonista de “El canto del cisne”, hace su última proclama por la validez del teatro y allí comienza la música de la suite “El perno”, con el saludo “por toda la compañía”.
Si escuchan atentamente, comprobaran que los intérpretes se dedican a improvisar una “balalaika” después que los aplausos del saludo (aparentemente), han concluido…pero a medida que el improvisado “fin de fiesta” se prolonga, los aplausos de los que no se deciden a retirarse, también continuan.

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