IMAGEN DE "LA OFENSIVA" - TUBA AÑO 1977 IMAGEN DE "EL DÍA QUE MATARON A BATMAN" - TUBA AÑO 1982 IMAGEN DE "STÉFANO" - TUBA AÑOS 1981 Y 1982
Habían pasado varios años del cierre del TUBA. La Argentina vivía el reverdecer de la democracia. En la Universidad se sucedían los encuentros participativos, los coloquios interdisciplinarios que la dictadura había prohibido y que por fin gozaban de esa efervescencia típica de los eventos juveniles.
Dos licenciadas de la Facultad de Filosofía y Letras (Balarella era el apellido de una de ellas; el otro se me ha olvidado), convocaron a un Congreso sobre teatro Universitario en los salones del Centro Cultural San Martín. No había en ese momento (año 1985...1986, más o menos) muchos elencos universitarios en actividad, pero ellas se acordaron del TUBA y me invitaron a participar.
La mañana que le tocó el turno a mi ponencia estuvieron también una directora del T.U. de Córdoba y Juan Carlos Gené relatando su experiencia de teatro juvenil en Venezuela. Alguien decidió relegarme casi sobre el mediodía, cuando todos los presentes estaban más preocupados por lo inminente del almuerzo que por mi charla.
Sabiendo que contaba con poco tiempo saqué a relucir todo el material que había portado sobre el TUBA, haciendo hincapié en la labor divulgadora de autores y textos nunca antes representados en nuestro medio y al que el público había accedido en forma gratuita durante nueve años. Debo haber mencionado muchos nombres no precisamente “autóctonos”, aunque tampoco asociables, por su valor universalista, a ningún país extranjero en particular, como pueden ser los de Esquilo, Sófocles, Molière, Calderón de la Barca, Shakespeare, Chéjov, Racine...
Del fondo del repleto auditorio salió una voz de alguien muy jóven que me espetó: “Diga che: no podría mencionar algún autor argentino que hayan hecho en ese teatro...?”.
La intención, a las claras, era la de invalidar la faena del TUBA, probablemente influído ese muchacho que me gritaba con tono de desafío, por el sentimiento generalizado de rencor hacia un Teatro de Repertorio Universitario que había existido (“subsistido”, más bien), durante los años de la dictadura.
Mi respuesta no se hizo esperar...pero es seguro que cayó en saco roto. Nadie, en la Argentina de la “primavera democrática”, estaba dispuesto a justificar nada, (por “impoluto” que hubiera sido), que la dictadura hubiera “permitido”, y menos dentro de la tan perseguida Universidad.
De todos modos alcancé a mencionar (antes que se levantaran en masa al oir la campana del almuerzo), que tres de nuestros mayores logros en cuanto a afluencia y buena recepción por parte del público habían sido precisamente obras de autores argentinos: “LA OFENSIVA”, de Martha Lehmann, que ocupó la cartelera del TUBA en 1977 de marzo a diciembre (con 83 funciones realizadas); “EL DÍA QUE MATARON A BATMAN”, del por entonces estudiante de derecho Daniel Hadis, que también se dió el año entero, en 1982 y “STÉFANO”, de Armando Discépolo, que figuró en el repertorio dos años seguidos: 1981 y 1982, con mas de 100 funciones realizadas.
Que lamentable resulta comprobar la “docilidad” conque los jovenes se dejan llevar hacia ese terreno resbaladizo del revanchismo, que les impide la necesaria objetividad como para saber (como se suele decir), “separar la paja del trigo”.
(Quien se interese por conocer en detalle estas tres producciones escénicas del TUBA le aconsejo acudir al mes de Marzo del año 2010 y “pedir” los siguientes capítulos, en la lista que figura a la izquierda de la página: “EL ÉXITO “PROFESIONAL” DE “LA OFENSIVA” (Martes 2 de marzo de 2010); “EL DIA QUE MATARON A BATMAN”: LA DRAMATURGIA RENOVADORA” (Jueves 4 de marzo de 2010) y “STÉFANO”, O LA MÚSICA DEL FRACASO” (Sábado 6 de marzo de 2010).
sábado, 15 de octubre de 2011
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