domingo, 6 de noviembre de 2011

SÓCRATES Y SU DILEMA SOBRE “LA VERIFICACIÓN DEL REGRESO”

VICTOR MARTORELL EN UN PASAJE DE LA REPRESENTACIÓN DEL "FEDÓN", EL 30 DE NOVIEMBRE DE 1974, EN LA SALA DE CORRIENTES 2038

Era noviembre de 1974. Hacía pocos días había tenido lugar el primer encuentro con los más de 230 inscriptos en el llamado hecho en carteleras de las facultades dependientes del Rectorado de la UBA, para inscribirse en un futuro Teatro Universitario de Repertorio.
A ese primer encuentro, que se hizo en la cancha de pelota del tercer piso de Corrientes 2038, acudieron (estoy seguro) más de quinientos jóvenes colmados de ansiedad por enterarse en qué consistía la convocatoria, a sabiendas que atravesaban tiempos de clausura para todo lo que fuese “participación del estudiantado” en actividades extracurriculares.
Unas horas antes, yo solito había tenido que limpiar el hollín y la suciedad de ratas acumulados por años de total abandono de ese lugar, en el que sólo estaban -como testimonio de tiempos mejores-, mal apilados y roídos, los cientos de ejemplares de la otrora señera Revista de la Universidad, en la que tantos pensadores de avanzada habían colaborado, entre ellos nada menos que el filósofo y ensayista español José Ortega y Gasset.
El sábado 30 de noviembre de 1974 estaba programada una función inaugural del futuro Teatro Universitario de Repertorio, que yo había preparado con el concurso de actores profesionales, viejos conocidos de muchos años de trabajar juntos la mayoría, más el agregado de algunos que recién se iniciaban, como el que aparece en la foto superior.
En un ambiente de calor sofocante, con la sala de la plata baja de Corrientes 2038 atestada de público, se llevó a cabo la lectura escenificada del diálogo de Platón llamado “Fedón, o Del alma”, en base a una adaptación que unos cuarenta años antes habían preparado para el elenco universitario de la Facultad de Derecho, que dirigía nada menos que Don Antonio Cunill Cabanellas, los profesores de esa casa de estudios Carlos Biedma y Manuel Somoza.
En otras “entradas” a este Blog creo haber narrado los pormenores de aquella representación, que contó con la ayuda del Teatro San Martín, que facilitó las túnicas de “Las troyanas”, de Eurípides en versión de Jean-Paul Sartre, que había protagonizado unos años antes María Rosa Gallo y con un montaje realmente espectacular de proyecciones de “imágenes cósmicas” (en realidad, fotografías del cielo al atardecer tomadas desde la azotea de mi casa de la calle Pavón, en el barrio de Constitución) y con el fondo sonoro de la Sinfonía “Resurrección”, de Gustav Mahler, emergente de un gigantesco equipo de audio, también facilitado en préstamo por un tal Osvaldo Crigna, amigo del Director de Cultura.
El “Fedón” es el diálogo platónico en el que se narra la muerte de Sócrates, obligado a tomar la cicuta bajo la acusación de haber “corrompido a la juventud”. En uno de sus pasajes, Sócrates somete a sus discípulos a la “prueba de los contrarios”. A la pregunta de uno de ellos: “la muerte es lo contrario de la vida...?”, Sócrates, que no era al parecer de respuestas fáciles, finalmente contesta: “la muerte nace de la vida...pero también de la muerte nacerá todo lo que es vida”.
En el magistral silogismo insinuado por Sócrates, revivir vendría a ser algo así como lo contrario de la muerte, y si hay un regreso de la muerte a la vida, el dilema consiste en “verificar ese regreso”.
El Teatro de la Universidad de Buenos Aires (el TUBA), que nacía a la vida en aquel tórrido 30 de noviembre de 1974, moriría, (como Sócrates perseguido y acusado infamemente), nueve años más tarde.
Podrá alguna vez REGRESAR de esa muerte a la vida...?
Habrá, en ese hipotético caso, como los hubo en aquella primera reunión de convocatoria en la cancha de pelota de Corrientes 2038 en 1974, presentes y alertas, tantos jóvenes dispuestos a VERIFICAR EL REGRESO...?

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