miércoles, 2 de noviembre de 2011

CUANDO SE ES JOVEN...SE DEBE SER JOVEN HASTA EL FINAL

LA ÚLTIMA IMAGEN DEL TUBA QUE SE ME OCURRE INSERTAR EN ESTE BLOG, PORQUE ES UNA MUESTRA DE AQUELLA JUVENTUD QUE SEGUIRÁ SIENDO "POR SIEMPRE JÓVEN"

Ese era el lema de Nuevo Teatro: “Ser jóven hasta el final”. En el escenario, en los talleres, en medio de la alegre camaradería que imperaba dentro de Nuevo Teatro, experimenté al lado de Alejandra Boero, Pedro Asquini, el “Chucho” Alcalde, el flaco Alterio, el negro Costa, la despistada pero talentosa Lucrecia Capello, Lila di Palma, Américo Chandía, Domingo Basile, el gordo Pinti (que era tan pobre, charlaba tanto y no se imaginó nunca que llegaría a ser tan famoso), Luis Fischer, Élida Mauro, José María López...y tantos heroicos militantes más de la causa del Teatro Libre, que el paso del tiempo jamás derrota a los que llevan dentro de sí la eterna juventud del trabajo prepotentemente realizado para mejorar las cosas.
Creo que fue Victoria Ocampo la que dijo alguna vez que “hacer cultura no es otra cosa más que tratar de mejorar las cosas” y el inconformista Roberto Arlt quien lanzó el gran desafío de “el futuro es nuestro por prepotencia de trabajo”.
El TUBA (o con cualquiera de sus dos nombres: TEATRO UNIVERSITARIO DE BUENOS AIRES, entre 1974 y 1978 o TEATRO “DE LA” UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES desde 1979 hasta su cierre en 1983), fue un lugar de lucha, de trabajo, de prepotente trabajo diario durante más de 3.000 días por mejorar las cosas y además (por encima de todo), un lugar de alegre camaradería en el que muchísimos jóvenes (se calculan 1.600), pudieron ENCONTRARSE y TRABAJAR y CREAR JUNTOS, fuera de las barreras claustrofóbicas de los viejos edificios de facultades en las que les tocaba estudiar ciencias o humanidades en medio de una deshumanizada época en la que la única “ciencia” imperante era la del terror y la muerte.
Mi único mérito, como originador y propulsor del TUBA (si algún mérito me cabe ser reconocido por haber trabajado nueve años por encima del límite de mis fuerzas), es el de haber sabido aplicar aquella experiencia vivida durante mis años en Nuevo Teatro, al servicio de la construcción del primer y hasta hoy único TEATRO UNIVERSITARIO DE REPERTORIO en la historia de la Universidad de Buenos Aires.
Tal vez no tanga mucho más que agregar en este Blog dedicado a preservar para una “improbable posteridad” (como le gustaba decir a Borges) aquella historia del TUBA. He puesto en él todo lo que pude preservar durante años de fotografías, grabaciones y hasta mínimos retazos filmados de esa crucial experiencia del TUBA y me gustaría que sigan habiendo interesados en recorrerla desde su primer capítulo, que data de febrero de 2010, siguiendo por los otros 139 capítulos de ese año, más los 37 anteriores a este, de 2011.
Que todas esas narraciones cronológicamente dispersas, (para nada “anacrónicas”, como se ha tratado de insinuar), sigan en el futuro alimentando los sueños de los jóvenes teatristas universitarios de todo el mundo será la mejor manera de lograr que los otrora jóvenes del TUBA, igual que aquellos también otrora jóvenes de Nuevo Teatro...sigan siendo por siempre JÓVENES HASTA EL FINAL.

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