Según cuenta Plutarco, un vidente le había advertido a Julio César del grave peligro que le amenazaba en los idus de marzo, pero parece ser que César desestimó el peligro y riendo le dijo (mientras se encaminaba al Senado, donde fue asesinado): “Los idus de marzo ya han llegado y aquí me ves...”, a lo que parece ser que el vidente le contestó: “Sí, pero aún no han acabado”.
Situándonos mucho más cerca en el tiempo, me contaron que cuando yo presenté mi tercera y defintiva renuncia a la Universidad, en junio de 1983 y el TUBA se cerró para siempre (al menos hasta el día de hoy), un tal Ramírez, viejo funcionario que descansaba en la Dirección de Cultura dijo: “Al fin se terminó la historia...!”, pero que una de las empleadas (creo que se llamaba Cristina), le contestó: “No se crea, señor Ramírez, a lo mejor recién comienza...”.
Efectivamente: la historia de ese TEATRO DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES vapuleado, escarnecido, amenazado, prácticamente enterrado vivo... no ha concluído todavía y eso que han transcurrido aproximadamente 10.045 días desde su última representación en la sala de Corrientes 2038, que fue el 5 de junio de 1983.
Mucho para lograr que ese pronóstico de la tal Cristina se haya podido cumplir es fruto de este Blog, que a partir de febrero de 2010, salido prácticamente de la nada, ha posibilitado que la Historia del TUBA renaciera desde sus bien escondidas cenizas y que estas se desparramaran como llevadas por un viento que soplara de todas las direcciones a la vez, hacia esos horizontes sin fronteras de la web. (Hace un rato nomás, el Blog estaba siendo consultado en los Estados Unidos, en Chile y en Turquía...!).
Pido a quienes lo consultan habitualmente o por primera vez que compartan conmigo cierto grado de complicidad. Los blogs, por lo que deduzco al abrir otros sobre otros temas, son algo así como “diarios” que van reflejando sucesos públicos o privados, a medida que estos van ocurriendo. En este caso, el Blog del TUBA es un “diario” de algo que dejó de existir hace mucho tiempo. Todo su contenido es “hacia atrás”; quienes se interesen en él, antes que “seguidores” deben asumir, en este caso, el rol de “retrocededores”.
Y si de esto se trata: de interesarse por retroceder en el tiempo para conocer sucesos enterrados en el olvido (harto premeditado, por cierto) de aquel singular TEATRO UNIVERSITARIO DE REPERTORIO que fué el TUBA, mi consejo es que se animen a navegar por los meses iniciales del Blog, donde creo haber puesto lo más sustancial de lo que había quedado como evidencia legítima de aquella Historia, que la Universidad de Buenos Aires puso tanto empeño en hacer desaparecer de sus archivos.
Cómo hacerlo...? Busquen a la izquierda de la pantalla el lugarcito que dice: ARCHIVO DEL BLOG. Apliquen el cursor al año 2010. No se asusten si vuelve a aparecer la enorme foto en gris con la muchachada del TUBA en su primer saludo al público (mayo de 1975, en el Centro Cultural San Martín). Bajen hasta situarse de nuevo en el lugar señalado como ARCHIVO DEL BLOG. Pulsen el mes que les parezca más interesante revisar (Marzo, por ejemplo y ya que hablamos de los “idus” de ese mes, que tiene la friolera de 54 “entradas” o capítulos), y superada nuevamente la enorme foto grisácea, encontrarán la lista de “entradas” con sus respectivos títulos. Pulsando sobre cada uno de esos títulos, tendrán acceso a “partecitas” de una portentosa gesta de juventud, dedicada durante dificilísimos nueve años a la práctica y la divulgación del teatro de todas las épocas, nacional y universal. Desde luego, ecomiendo hacer lo mismo con el siguiente año 2011, con lo cual los capítulos actuales del Blog les resultarán más espontáneamente asimilables.
No me tomen en serio cuando hablé de “retrocededores”; en realidad quise decir otra cosa mucho más valedera. Quise decir: RESCATISTAS DE LA MEMORIA. Lo que cientos de jóvenes hicieron desinteresadamente, rompiéndose el alma, corriendo el riesgo constante de ser desaparecidos en una época de terror y muerte en la que la gente jóven era borrada de la faz de la tierra a menudo por sólo figurar su nombre en una libreta telefónica, convocando a públicos necesitados de la savia bienechora del teatro, pero sin cobrar entrada; investigando en las fuentes de la dramática menos frecuentada y abriendo rumbos con montajes escénicos renovadores, merecía mejor suerte.
Merecía que una Universidad pública (pero en su fuero interno tan elitista y aristocrática como la mayoría de las privadas), depusiese por una vez sus atavismos reaccionarios y se riendiese ante semejante entrega de fervor, altruísmo y voluntad realizativa; pidiese recopilar cuanto testimonio escrito, fotográfico y sonoro hubiese disponible de lo que fue “SU” Teatro Universitario durante casi una década y lo instalase bien a la vista de los públicos actuales, en ese maravilloso ámbito multidisciplinario que es el Centro Cultural Rector Ricardo Rojas.
No lo hizo (pese a cientos, miles de petitorios que se le hicieron llegar con empecinada insistencia) ni lo hará, estoy seguro. La soberbia es una característica distintiva de quienes erijen sus pedestales sobre el desprecio hacia los demás.
Para los “eruditos” del Rojas, las faenas de limpieza de “los chicos del TUBA”, sus horas nocturnas de repartija de volantes callejeros, sus acarreos de decorados por las calles para montar a la disparada una función en el aula magna de una Facultad, sus seis funciones gratuitas de cada fin de semana durante nueve años seguidos, no parece merecer ningún respeto y mucho menos la “condescencia del recuerdo”, la dignidad de la Memoria.
Bueno... como le anunció aquella tal Cristina a aquel tal Ramírez cuando respiró aliviado porque el TUBA se había cerrado... como le advirtió el adivino a César antes de llegar al Senado... LOS IDUS DE MARZO DEL TUBA AUN NO HAN ACABADO...
Este Blog, con sus cientos de “entradas” que desmenuzan la historia (y que aconsejo, como viejo testarudo que soy, recorrer hacia atrás a modo de “avance”), es una prueba tangible de que esos IDUS están alertas, por lo que pueda pasar...
sábado, 11 de febrero de 2012
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