miércoles, 3 de diciembre de 2014

EL CERVANTES, EL SAN MARTIN Y EL TUBA: SU COMPROMISO CON EL TEATRO DE LA HUMANIDAD

Elaborando ayer por la tarde el análisis sobre lo hecho por los dos importantes teatros oficiales (el Cervantes y el San Martín) durante los años de la dictadura militar en la Argentina (1976 – 1983), que figura en el capítulo anterior de este Blog, he podido entender, a décadas de que esa noche negra de mi país concluyó, de qué modo el TEATRO “se las arregla” para enfrentar a los déspotas de todas las épocas y lugares, que es apelando al legado intemporal de los autores que escribieron sus obras para beneficio exclusivo de la Humanidad. Ante todo, agradezco la enorme colaboración que, en contadas horas, me brindaron ayer los Centros de Documentación de los teatros Cervantes y San Martín, proveyéndome de archivos valiosísimos sobre la labor que ambos entes oficiales llevaron a cabo durante los años de la dictadura. Como resultado de mi modesto trabajo de investigación, me surge la evidencia de que, sin habernos encontrado nunca para acordar “políticas de repertorio” Kive Staiff (director del San Martín), Rodolfo Graziano (director del Cervantes) y yo (Ariel Quiroga, director del TUBA), los tres teatros oficiales de los años de la dictadura (1976 – 1983) abordamos una serie coincidente de autores, cuyas obras nos permitiesen expresar lo que públicamente no nos estaba autorizado declarar y hacer llegar al enorme caudal de público que acudía a cada uno de los tres teatros, mensajes esclarecedores y fortalecedores, frente a la opresión que nos atenaceaba. Así es como tanto el San Martín, como el Cervantes, como el TUBA, los tres teatros oficiales de los años de la dictadura, inscribieron en sus carteleras un número considerable de obras de autores como Sófocles, Moliere, Shakespeare, Armando Discépolo, Ramón del Valle Inclán, Pedro Calderón de la Barca, Anton Chéjov, Jean Racine (cuya tragedia "Fedra" dieron a conocer, con carácter de estreno para Buenos Aires, el TUBA primero, en 1980 y el Cervantes un año después, en 1981),Luiggi Pirandello, Oscar Wilde, Lope de Rueda, Leopoldo Marechal, Florencio Sánchez… y ese fue su compromiso con el teatro de la Humanidad y su evidente NO COMPROMISO con los facciosos de una sangrienta dictadura. A continuación, un video sobre la puesta en el TUBA de “La vida es sueño” de Calderón (1979), en la que, desde el escenario del Teatro de las Provincias Argentinas (hoy Regio, de Colegiales) y desde “nuestro” escenario de Corrientes 2038, gritábamos a voz en cuello: “¡PORQUE TODO PODER ES PRESTADO Y HAY QUE VOLVERLO A SU DUEÑO, QUE ES EL PUEBLO…!!!”.

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