sábado, 17 de diciembre de 2011

LA DIGNIDAD DEL SILENCIO

UNA ESCENA DE "LA NOCHE DE SAN JUAN", DE HENRIK IBSEN, UNO DE LOS TANTOS ESPECTÁCULOS MONTADOS POR EL TUBA EN SU SALA DE CORRIENTES 2038, EN PLENO CORAZÓN DE BUENOS AIRES

Mempo Giardinelli recordaba anoche en “6,7,8” (un programa que debería ser de “visión obligatoria” para todos los argentinos con problemas de memoria que todavía quedan), una frase que le decía su madre: “La dignidad del silencio”.
Muchísimas veces, a lo largo del recorrido por la historia del TUBA que he venido siguiendo en este Blog a partir de febrero de 2010, habrán advertido quienes se han interesado en conocer esa historia, mi bronca, mi desaliento, mi impotencia al no recibir nunca, ni antes ni ahora, una mínima respuesta de parte de la Universidad de Buenos Aires sobre las verdaderas causas que han determinado la abolición del TUBA como antecedente de un posible nuevo TEATRO DE LA UNIVERSIDAD en el marco de su potente emprendimiento cultural: el Rojas.
Federico Fellini le hizo decir al personaje de Mastroianni (que en realidad era él mismo) en un pasaje de “8 1/2”: “Hay que prepararse para el silencio”.
A los 70 años, veintiséis años después de haber dejado atrás la vida de teatro tras el cierre del TUBA, yo pude escribir los 197 capítulos de este Blog, que son (pienso), una suerte de “enciclopedia” sobre la odisea de un Teatro Universitario que existió nueve años en forma ininterrumpida, montó más de cien espectáculos, llevó a cabo 1.163 representaciones que fueron vistas con acceso libre y gratuito por (dicho esto sin la menor exageración) unos 400.000 espectadores, en su mayoría jóvenes que seguramente nunca antes habían visto una obra de Terencio, de Ibsen, de Nemesio Trejo, de Juan Carlos Ghiano, de Armando Discépolo o de Esquilo.
Hoy, finalizando ya el 2011 y a pocos meses de los 72 (si llego), me pregunto, como me lo pregunté toda esta tarde contemplando el mar, en cuya proximidad vivo desde hace tres años y medio: Vale la pena seguir esperando respuestas de quienes no han tenido hasta ahora la valentía de intentar darlas...?
El TUBA existió, logró subsistir en medio de una época atroz de la historia argentina; fue denostado, ultrajado, perseguido, amenazado, basureado por los funcionarios y empleados de aquella Dirección de Cultura de la Universidad de Buenos Aires, en cuyos oscuros recovecos anidaba la xenofobia y el desprecio por lo popular desde muchísimo antes del lóbrego advenimiento del autodenominado “proceso de reorganización nacional”.
Nunca más volverá a existir...? Qué lástima. Cuantos jóvenes que podrían formarse éticamente en sus talleres de artesanado, descubriendo y dando a conocer autores y títulos ignorados (como se hacía en el TUBA), ante su ausencia propiciatoria no tendrán más remedio que seguir anotándose en los “realitys”, en busca de fugaces instantes de “gloria” que aun en el caso de logralos dejan luego vacíos tan hondos como las profundidades oceánicas...
Prometo no seguir escribiendo nada más en este Blog. Quien se interese por conocer la historia del TEATRO DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES, (el que nació a mediados de 1974 y murió casi a fines de 1983), no tiene más que empezar a recorrerlo.
Por mi parte, en lo que me reste de vida, espero seguir al pie de la letra la frase que decía la mamá de Mempo Giardinelli: “La dignidad del silencio”.

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