jueves, 15 de diciembre de 2011

ELGAR, BRAHMS, OXFORD... Y LOS RECUERDOS DEL TUBA

INTERIOR DEL SHELDONIAN THEATRE DE OXFORD, EN UN VIEJO GRABADO

El Sheldonian Theatre es el salón de actos principal de la Universidad de Oxford y el lugar de reunión habitual de la Congregación, el cuerpo de Maestros de Artes residente que controla los asuntos culturales de la Universidad. Es una joya arquitectónica construída entre 1664 y 1669, bajo diseño de Sir Christopher Wren. A qué viene esta referencia...?
Desde mis 18 años hasta estos casi 72 actuales fuí, además de oficinista y hombre de teatro, un maniático coleccionista de música clásica. Miles de discos Long Play; videocassettes; CDs.; DVDs. y ahora los asombrantes BLU-RAY han sido y son, junto con la revalorización de la Historia del Teatro de la Universidad de Buenos Aires, casi los únicos lazos que me unen al mundo exterior, en mi solitaria, taciturna vida en las playas y calles arboladas de Mar del Plata.
Precisamente esta tarde me puse a ver un Concierto de la Filarmónica de Berlín, bajo la batuta de Daniel Barenboim, que tuvo lugar el 30 de abril de 2010 en el anciano recinto del Sheldonian Theatre de la Universidad de Oxford, donde se ejecutan dos obras que amo profundamente: el concierto para cello de Elgar y la Primera Sinfonía de Brahms.
En un momento dado dejé de observar las imágenes y llevado por esa música que conozco de memoria, nota por nota, invadió mi mente el recuerdo de aquellas funciones del Teatro de la Universidad de Buenos Aires en las Aulas Magnas de la Facultad de Derecho, de Medicina, de Odontología, de Ciencias Económicas, de Ingeniería, de Filosofía y Letras...en las que representamos, tal vez por primera vez para sus jóvenes vidas, ante cientos de estudiantes que (como los del concierto de Oxford), asistían en guardadapolvo, con sus mochilas con libros y sus bolsos...las obras de un Shakespeare, un Molière, un Discépolo, un Racine, un Chéjov, un Plauto, un Terencio...
Imaginé algo posible hoy en el Centro Cultural Rojas de la UBA. Allí tiene asiento el Coro y la Orquesta de la Universidad... Faltaría sólo agregarle la palabra “teatro”. Coro y Orquesta de la Universidad de Buenos Aires...Teatro de la Universidad de Buenos Aires...
Los aplausos al final del concierto de Elgar me vuelven a la realidad. El Coro y la Orquesta de la UBA pueden estar en el Rojas. El Teatro de la UBA (a la manera de aquel que existió nueve años seguidos y que todos llamaban “el TUBA”), por lo visto NO.
Me dispongo a ver y escuchar la Primera de Brahms, que viene a continuación de Elgar. Los estudiantes de Oxford están sentados, con ropa sport, junto a señoras y señores de aspecto muy circunspecto, que deben ser autoridades y profesores de la Universidad. (Los de la Dirección de Cultura de la UBA nunca se “mezclaron” con el estudiantado que acudía al TUBA, al que directamente trataban de “roñosos”).
Entre los acordes tempestuosos del Primer Movimiento me parece oir la gritería infernal de los estududiantes de Odontología de la UBA, aquella noche de 1979 en que les llevamos “El atolondrado”, de Molière y sus risas y aplausos sacudieron las augustas paredes del anfiteatro, en lo que fue un enjundioso, potente, irrefrenable acto de CELEBRACIÓN.
Qué viejo idiota y reblandecido soy...!

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