jueves, 26 de enero de 2012

NUEVAS REFLEXIONES SOBRE UN MOMENTO CLAVE, AUN NO DILUCIDADO: LA CREACION DEL ROJAS SOBRE LA ABOLICIÓN DEL TUBA


Está contado sucesivas veces a lo largo del desarrollo temático de este Blog, pero hay cosas que aun deberían ser investigadas, respecto de la definitiva abolición del TEATRO DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES, (el TUBA) en el año 1984 y la instalación en el mismo lugar en el que este Teatro había llevado a cabo su historia de nueve años, de un proyecto de centro cultural, que acabaría siendo el hoy muy conocido y pujante CENTRO CULTURAL RECTOR RICARDO ROJAS, (el ROJAS).
A mediados de 1974 yo (Ariel Quiroga) había propuesto a la Dirección de Cultura de la UBA la creación de un TEATRO UNIVERSITARIO DE REPERTORIO, a la manera de los Centros de Drama que existen en todas las universidades del mundo, desde los albores del Humanismo en muchos casos.
Durante nueve años seguidos ese TEATRO UNIVERSITARIO DE REPERTORIO funcionó como TEATRO UNIVERSITARIO DE BUENOS AIRES sus primeras cuatro temporadas y a partir de la quinta el Rectorado de la UBA le impuso el nombre de TEATRO DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES, sin que mediara una Resolución u otro tipo de documento que dejara constancia de ese acto de “legitimación” de un organismo cultural cuya existencia de hecho no necesitaba, en realidad, ser corroborada, por tan notoria que fue.
Al producirse mi tercera y definitiva renuncia en junio de 1983 y la dispersión de todos los jóvenes que lo integraban en ese momento, la UBA hizo público el anuncio de que el TEATRO DE LA UNIVERSIDAD iba a continuar existiendo y designó directores en mi reemplazo.
Algo que no ha salido a luz todavía (la Presidenta Cristina Kirchner anunció ayer, en su primer acto público luego de su intervención quirúrgica, que el informe secreto sobre Malvinas iba a ser dado a conocer a la población), determinó que se abortara de golpe esa emprendida continuidad del TUBA y se decidiese optar por una tajante abolición del recuerdo de su historia, generando en su mismo lugar de asiento durante nueve años (el edificio de Corrientes 2038), un tipo de organismo cultural abierto a múltiples disciplinas (el ROJAS), entre las cuales habría un espacio dedicado al teatro, pero ya no bajo la fisonomía de TEATRO UNIVERSITARIO DE REPERTORIO ni menos con la posibilidad de acceso LIBRE y GRATUITO, lo que había permitido al TUBA convocar a una corriente de público multitudinaria (un promedio de 38.000 espectadores por temporada).
Curiosamente, esta nueva actividad que pasó a reemplazar al TUBA ha sido definida (…!) como “contracultural, diversa, rica, transgresora, under, off, vanguardista”, pero bueno... no pretendo abrir aquí una polémica sobre cuanto de todo eso significó el TUBA en sus años de “aguante” frente a la dictadura que dominaba sobre todos los derechos a pensar libremente en aquella Argentina en la que le tocó hacer su historia.
Todo lo que se sabe (o meramente se conjetura), es que la poeta Tamara Kamenszain, nombrada allá por fines de 1984 Directora de Actividades Extracurriculares de la UBA, convocó a “una mesa redonda, a la que asistieron entre otros Beatriz Sarlo y Ricardo Piglia”, en la que se habló de la cultura en democracia y de la que (siempre sobre la base de referencias muy vagas), habría surgido la idea de crear el ROJAS.
Ahora bien: De quién fue la idea de que, simultáneamente con la creación del ROJAS, se abandonase defintivamente la continuidad del TUBA...?
No hubiera sido más atinado que al surgir algo nuevo (el ROJAS) se aprovechase la rica historia del TUBA para anexarlo a su estructura de otras disciplinas...?
La UBA contaba a fines de 1984 con numerosos salones de actos y auditorios como para alojar en ellos la proyectada nueva actividad cultural. No es al menos “sospechoso” que se haya elegido el derruído, catastrófico, mugriento edificio de Corrientes 2038 (precisamente en el que el TUBA había sufrido todo tipo de precariedades durante nueve años) para empezar allí algo que apuntaba a lo “novedoso”, lo “convocante”, lo “contrapuesto al ominoso pasado”...?
Insisto: la Presidenta Cristina nos acaba de demostrar ayer, en su reaparición pública, que no está dispuesta a mantener bajo llave las oscuras tramoyas que se pretendían mantener como “secreto de Estado” a perpetuidad.
El TEATRO DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES también perteneció al Estado (funcionó nueve años seguidos con el nombre y el membrete identificatorio de la Universidad Estatal). El ROJAS es una realidad maravillosa, que día a día renace con nuevas perspectivas culturales (nunca mejor aplicada esa frase con que sus propios hacedores lo definen: “Una usina generadora de cultura”). Pero atención...! Falta saber algo más sobre su Partida de Nacimiento.
Una nota periodística a toda página sentenció con letras de molde de gran tamaño, al cerrarse el TUBA, en junio de 1983: “DESAPARECE EL TEATRO DE LA UNIVERSIDAD”.
Será acaso que el ROJAS, con su admirable juventud realizativa, es hijo de algo injustamente desaparecido...?.

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