martes, 6 de marzo de 2012

IMÁGENES DEL PASADO: "HUGO" Y EL TUBA...

Hoy conseguí una copia BLU-RAY de la última película de Martín Scorsese: “HUGO”. Primero fue el asombro, el estupor ante esa técnica que rompe con todas las barreras de la imaginación... pero cuando llegó la escena del proyector a manivela en casa del mismísimo Meliés toda una andanada de recuerdos y melancolías se me vinieron encima, estrujándome la garganta. Habíamos llegado a filmar unas tres o cuatro horas, en colores y blanco y negro, de casi todos los espectáculos del TUBA a partir de la primera representación del 30 de noviembre de 1974, con una rudimentaria cámara de Super-8 y película Kodac (la marca que no existe más), comprada a menor precio por estar vencida, pero con la que se lograban unas tonalidades marronáceas y una textura granulada que daba la impresión de estar viendo un remedo de aquel realismo poético de los primeros films de Visconti, del cuarenta y dos al cincuenta y tres.
Un buen día, pasados ya muchos años del cierre del TUBA, en uno de los patéticos arranques de furia que me acometían cada vez que me estrellaba contra las reiteradas negativas de la Universidad de Buenos Aires ante mis insistentes petitorios en pro de una reapertura del Teatro, abrí una a una las bobinas que almacenaban esas filmaciones y tijera en mano las fui destruyendo centímetro a centímetro de celuloide. Sólo se salvaron, en pésimo estado, los escasos minutos que están al final de mi “mensaje a los jóvenes de hoy”, puesto junto a otros “pedacitos de la historia del TUBA” en el sitio de internet llamado YouTube, bajo el rótulo TEATRO UNIVERSITARIO DE BUENOS AIRES.
Extraña coincidencia con la película de Scorsese: también hay en ella una secuencia que muestra como Georges Meliés, atribulado por el horror de la guerra, destruye con ferocidad los negativos de casi todas sus películas.
Yo vivía en Buenos Aires en un noveno piso frente a los galpones del Mercado de las Pulgas. Muchísimas veces, tiempo después de la destrucción, me adentraba por los tortuosos pasillos atestados de muebles viejos y toda clase de objetos inverosímiles, con la ilusión de que alguien hubiese rescatado de la basura el contenido hecho trizas de todas aquellas bobinas con las filmaciones del TUBA y estuviesen a la venta como curiosidad entre tanta cosa disparatada como había en ese Mercado.
De más está decir que nunca encontré nada. Otra evidencia de que la muerte del TUBA en junio de 1983 había sido definitiva...
Sin embargo, permítaseme una duda: habrá en los espectáculos que montan hoy los jóvenes teatristas que van en pos de experimentar a todo riesgo con el hecho escénico, imágenes que trasunten climas poéticos, de ensoñación, como las que inundan cada momento del film de Scorsese que acabo de “sufrir” y disfrutar... o como esta que voy a poner a continuación, tomada al azar, de uno de los tantos espectáculos montados por el TUBA en sus nueve años de vida, que pertenece a las “Escenas de la vida bohemia” de Mürger (temporada 1982), cuya acción transcurría en ese mismo París lluvioso, plagado de delirios y hambrunas, que es el París donde transcurre “HUGO”, en los años cercanos a la Primera Guerra Mundial...? Pienso que en el teatro de hoy imágenes como esta de las "Escenas de la vida bohemia" del TUBA 1982, sencillamente, están fuera de lugar. Habrá que resignarse y admitir que se trata, así nomás, de IMÁGENES DEL PASADO.

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