jueves, 19 de septiembre de 2019

LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ... PERO PODRÍA VOLVER A TRAER


Durante muchísimos años a partir de 1983 intenté que la Universidad de Buenos Aires reflotase aquel Centro de Drama que se había creado de la nada en 1974 (a mi propuesta) y que había logrado existir como TEATRO DE REPERTORIO durante nueve años consecutivos, en medio de un contexto político-social tenebroso, permanentemente amenazador y además (lo que no se sabía), aberrantemente GENOCIDA.

Un buen día me tuve que convencer de que, más allá de haberse abierto el multifacético Centro Cultural Rector Ricardo Rojas en el mismo edificio donde había funcionado el TUBA (Corrientes 2038, pleno centro de Buenos Aires), no había posibilidad alguna de que la Universidad propiciase una reapertura del que fue EL TEATRO DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES entre 1974 y 1983. Una negación que debía ser interpretada como UNA CONDENA A CADENA PERPETUA por mera "asociación" de contemporaneidad (el TUBA había existido exactamente durante los años finales del gobierno de Isabel Perón y la Triple "A" y los años iniciales y finales de la dictadura militar conocida como "el Proceso").

Inútil fue que yo tratase de explicar, en decenas de Cartas Documento dirigidas a los sucesivos Rectores de la UBA a partir del advenimiento de la Democracia y a todo el periodismo en general, que no habíamos cerrado al TUBA en mayo de 1983 (con mi renuncia y la de todos los jóvenes que lo integraban en ese momento), para intentar "desprendernos" de nuestra eventual "complicidad" con la dictadura, sino por la simple razón de que, al no apoyarnos en una gira a Mar del Plata, para actuar en el Teatro Auditorium durante las vacaciones de invierno de 1983, se había terminado de colmar nuestra capacidad de resistencia (¡que había sido mucha...!!!), ante la inenarrable cadena de atropellos, sinvergüenzadas, ofensas y prohibiciones, que el TUBA había sufrido por parte de la Dirección de Cultura de la UBA, de la cual caprichosamente dependía, a lo largo de sus esforzados nueve años de existencia.

Así las cosas, el TEATRO DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES (conocido popularmente como "el TUBA"), que había realizado la friolera de 1.163 funciones a sala colmada, CON ACCESO GRATUITO, entre el 30 de noviembre de 1974 y el 5 de junio de 1983; que había dado a conocer POR PRIMERA VEZ EN LA ARGENTINA, obras trascendentes de autores clásicos y modernos; que había comenzado a generar UNA DRAMÁTICA PROPIA, al exhibir durante toda la temporada de 1982 (conjuntamente con otros nueve espectáculos), una obra escrita por un estudiante de Derecho, integrante actoral del TUBA, como lo fue "EL DÍA QUE MATARON A BATMAN", de Hugo Daniel Hadis; que había logrado "éxitos masivos" de público joven, con obras nacionales como "LA OFENSIVA", de Martha Lehamnn (83 representaciones en 1977); "CORRETE UN POCO", de Alberto Wainer (más de 120 representaciones en sucesivas temporadas); los grotescos de Armando Discépolo "RELOJERO" y "STÉFANO"; las tragicomedias del académico Juan Carlos Ghiano, agrupadas bajo el título "MIEDOS Y SOLEDADES" y los sainetes rioplatenses de Vaccarezza, Florencio Sánchez, Defilippis Novoa, Carlos Mauricio Pacheco, Alberto Novión o Nemesio Trejo; que había "estrenado" en Buenos Aires "FEDRA", de Jean Racine, a 200 años de su primera representación en la Comedia Francesa o "UNA TRAGEDIA FLORENTINA", de Oscar Wilde y que había colmado la platea y los pisos superiores del Teatro Nacional Cervantes con comedias irreverentes y osadas del teatro griego y latino de veinte siglos atrás, como "LA SUEGRA", de Terencio; "LOS CAUTIVOS", de Plauto o "EL DÍSCOLO", de Menandro... ese TEATRO DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES" heroico, altruista, portentosamente JOVEN, no tuvo razón de ser para las autoridades de la UBA que rigieron sus destinos a partir del advenimiento de la Democracia en la Argentina y no sólo que no se hizo nada por reflotarlo, sino que además (y esto es lo más grave) se suprimió SU HISTORIA.

No hay un sólo indicio dentro del edificio de Corrientes 2038 y sus adyacencias, donde funciona el Centro Cultural Rector Ricardo Rojas, de que allí haya existido, durante casi una década, un Centro de Drama llamado inicialmente TEATRO UNIVERSITARIO DE BUENOS AIRES, que a partir de su quinta temporada, en 1979, pasó a llamarse Teatro DE LA Universidad de Buenos Aires, por exigencia de la propia Universidad.

¿Qué hacer para que alguien repare en tan injusta omisión, al cumplirse por estos días 45 años de que el "proyecto" Teatro Universitario de Repertorio fuese inocentemente presentado por mí, -Ariel Quiroga-, a la Dirección de Cultura de la UBA...?

Lo único que, impotentemente se me ocurre a mis 79 años, cansado de "rogar" que vuelva a existir un Centro de Drama tan pujante y hermoso como aquel que fue "el TUBA", es volver a insertar en este Blog dos de los más de diez videos que navegan por YouTube (y que son vistos en más de cincuenta paises del Orbe, pero al parecer NO EN ARGENTINA), donde se muestran fotografías de aquellos más de 100 montajes escénicos del TUBA y la manera epigramática, imprevisible pero decidida, como se gestó su historia.

Ojalá alguien, con suficiente poder de iniciativa, los vea y piense qué importante sería, para la juventud universitaria de hoy, que existiese un lugar de formación y de práctica activa del milenario hecho escénico, como lo fue el lejano (pero no menos vigente), TEATRO DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES, "el TUBA".


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