domingo, 29 de enero de 2017

ALBERTO WAINER: AUN DESDE EL EXILIO, UN FORJADOR DEL TUBA

Del capítulo anterior de este Blog, referido al “tiempo perdido de los jóvenes en Argentina”, recibí algunos comentarios que vale la pena que estén presentes aquí, por su significado. Uno de esos comentarios me llegó vía correo electrónico, de parte de Alberto Wainer y lo transcribo seguidamente: “Leí la continuación de ese viaje por el mundo de tus recuerdos, que constituyen una crónica del TUBA. Me enorgullece ser parte de todo eso y, a la vez, haber sido sustraído de su realización. Seguí, no parés de recordar, que todos recordamos y viajamos con vos. Un abrazo Ariel. El jueves cumplí 78 años ¿Y vos hablás de viejo?”. Es importante que Alberto Wainer me escriba, porque Alberto Wainer ES importante. Puede leerse su extensa trayectoria literaria en el sitio http://albertowainer.com/, pero además Alberto Wainer TAMBIÉN es importante por su inabdicable militancia política, que lo llevó al exilio precisamente en esos años en los que la muerte y el miedo sojuzgaron a la Argentina. Los que hicimos el TEATRO DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES (el TUBA), queremos mucho a Alberto Wainer, porque en un teatro de repertorio que bajaba las obras de cartel por simple programación previa, o sea: un teatro que no buscaba “éxitos de taquilla”, simplemente porque en el TUBA el ingreso de los espectadores era LIBRE y GRATUITO, Alberto Wainer nos proporcionó –sin él saberlo, porque estaba en España, exiliado-, uno de los “grandes éxitos” –sobre todo en cuanto a concurrencia de jóvenes-, de la historia del TUBA. El curioso título que agrupaba dos obras cortas de disímil estilo: “CORRETE UN POCO”, debía tener algún tipo de “gancho” para aquella muchachada de los años setenta, privada de todo lo que pudiese ser tenido por “transgresor” por las infames hordas de la dictadura y evidentemente ir a ver algo, sin pagar un centavo, que se llamase “CORRETE UN POCO” y encima, en un teatrucho hecho por universitarios… bueno, hizo que se volcasen verdaderas multitudes de jóvenes a nuestra pequeña salita de Corrientes 2038 y fue ese el motivo por el cual “CORRETE UN POCO”, que figuró en la cartelera del TUBA de 1976 (un año desafortunado por el golpe de estado del 24 de marzo), volviese con la misma puesta en escena pero diferentes actores, en la temporada de 1979. ¡Y SIEMPRE CON EL MISMO ÉXITO…!!! Un éxito que vale la pena destacar, porque no era producto de costosas promociones ni de haber nombres “rutilantes” en el cartel. Era el éxito incomparable del “boca a boca”, al punto que en la oficina pública donde trabajé 46 años (¡pobre de mí!), vino un día una compañera, “la vieja Pérez” (que era una gallega genial) a comentarme que su nieto había ido a ver una obra que lo había encantado, que se llamaba “Correte un poco”. No le aclaré a la vieja Pérez, a la que le hacíamos todas las maldades habidas y por haber (y que le encantaban, porque era una vieja pícara), que esa obra que le había gustado tanto a su nieto la dirigía yo, en el “glorioso” (aunque pobre de solemnidad) TEATRO UNIVERSITARIO DE BUENOS AIRES (el TUBA). Gracias, enormes y emocionadas Gracias, Alberto Wainer y felices e inclaudicables 78.

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