lunes, 10 de septiembre de 2012

LO QUE EL TEATRO NACIONAL CERVANTES APORTÓ AL TUBA... Y LO QUE EL TUBA APORTÓ A LA HISTORIA DEL TEATRO NACIONAL CERVANTES

Corría el mes de mayo de 1976. Dos meses atrás había sucedido el golpe de estado contra Isabel Perón, planeado por civiles y militares y al que la mayoría de los argentinos habíamos recibido con alivio. La violencia desatada entre grupos de extrama derecha y extrema izquierda asolaba las calles y la población sólo aspiraba a recuperar un poco de paz y tranquilidad... (Qué equivocación fatal...!!! Cuántos jóvenes habrían de pagarla con la derrota de sus ideales y la pérdida de sus valiosas vidas...!!!). El TUBA, el deambulante TUBA había terminado de montar su primer repertorio: las tres comedias clásica de Terencio, Plauto y Menandro, con las que se había presentado en lugares insólitos como el Complejo Turístico de Chapadmalal, la Biblioteca Popular de Olivos, el salón de actos de la empresa Subterráneos de Buenos Aires y el aula magna de la Facultad de Ingeniería, el mismo día en que un artefacto explosivo había estallado en una oficina del edificio de estilo greco-romano de la avenida Paseo Colón. El TUBA era por entonces un grupo itinarante, muy al estilo de La Barraca, de Federico García Lorca y recién en agosto de ese año lograría instalarse, por propia prepotencia, en el edificio de Corrientes 2038 donde transcurrió el resto de su historia hasta mediados de 1983 y donde hoy funciona el Centro Cultural Rojas. No teníamos nada y sin embargo teníamos MUCHO: un REPERTORIO, cosa que la mayoría de los grupos teatrales no procuran lograr o sencillamente no logran nunca. Un repertorio de alcance popular, sabio, cargado de ironía sobre el presente que nos tocaba sufrir, pese a datar de veinte siglos atrás. “La suegra”, de Terencio, es una joya de alucinante sagacidad; un retrato de la guaranguería y mediocridad social de cualquier época y cualquier lugar, donde esté en juego una herencia y la paternidad de un crío que viene en camino, pero cuyo origen paterno esté más que dudoso. “Los cautivos”, de Plauto, es algo así como la paradoja de una tragedia convertida en la más hilarante farsa, en la que la crueldad se transmuta en ternura y la risa en llanto y viceversa. (Qué genial esa escena de las escupidas, en la que el público llegaba a caerse al piso de sus butacas de tanto reir...). En cuanto a “El díscolo”, de Menandro, qué decir...?: baste comentar que inspiró a Molière su “Misántropo”, quizás su obra más profunda y actual. Y bien: teníamos un repertorio probado ante distintos públicos (la función en Ingeniería, ante cientos de jóvenes, había sido un triunfo descomunal), pero no había dónde representarlo. Y se me ocurrió pedir una audiencia en el Cervantes, que hacía tiempo estaba cerrado y sin actividad en puerta, con su director, el arquitecto y hombre de la cultura Néstor Suárez Aboy. Lo que parecía un delirio, salió bien y en pocos días la cartelera de hierro forjado del Cervantes sobre la avenida Córdoba anunciaba en letras enormes, la presentación del TEATRO UNIVERSITARIO DE BUENOS AIRES y su REPERTORIO. Cómo fueron las funciones está contado en otro lugar de este Blog, pero agrego aquí que hubo un sábado, en que el Cervantes estuvo colmado hasta las galerías superiores y en el que las ovaciones del público, (salido vaya a saberse de dónde, porque no hubo publicidad previa), no terminaban nunca. (Quedó una grabación, por fortuna). El Cervantes le aportó al TUBA el reconocimiento de su propia IDENTIDAD. Seguiría siendo, por desgracia, “el grupo de teatro dependiente de la Dirección de Cultura de la UBA”, pero para la gente, la calle, el estudiantado, los jóvenes en general y el conglomerado de público de todas las edades que luego acudió masivamente a las funciones semanales en Corrientes 2038, iba a ser de ahí en más el TEATRO UNIVERSITARIO DE BUENOS AIRES, o sea: el TUBA.
Vayamos ahora a la otra cuestión: qué le aportó el TUBA a la historia del Teatro Nacional Cervantes...?. NADA, me dirán de inmediato cuantos lean esto. Qué pudo haber aportado a semejante historia de esa gloria escénica legada por María Guerrero, los pocos días de actuación en su escenario de un “elencucho” de jóvenes aficionados sin demasiada formación previa...?. Los exégetas e historiadores que han escrito y sigan escribiendo la historia del Cervantes no lo consignan ni lo consignarán. En caso de tener que hacerlo, apuntarán a cierta responsabilidad política. Preferirán acotar que la actuación del TUBA, abriendo la temporada oficial del Cervantes del año 1976, se dió en el marco de los inicios de una era de terror genocida como no se registra otra similar en los anales de la República Argentina. Y sin embargo, inocente de esa connotación que a futuro podría adjudicársele, como tantos otros miles, millones de argentinos que no podía imaginar que iba a suceder lo que sucedió, lo que hizo el TUBA fue aportar a la historia del Cervantes el ÚNICO, hasta hoy, REPERTORIO EN ALTERNANCIA concretado por una compañía teatral nacional, ya que los únicos, hasta hoy, repertorios en alternancia que ostenta su historia son los aportados por compañías teatrales extranjeras: el Teatro de Francia, con Barrault y Madeleine Renaud a la cabeza; el Teatro Nacional Popular, con Jean Vilar y María Casares; el Old Vic de Londres; el Piccolo Teatro de Milán; la Comedia Francesa y tantos, tantos otros ilustres transitadores del sistema del REPERTORIO EN ALTERNANCIA. Han pasado por el Cervantes los nombres más señeros del teatro nacional, desde Orestes Caviglia y Milagros de la Vega hasta Osvaldo Dragún o Armando Discépolo; desde Violeta Antier hasta Ernesto Bianco o Eva Franco (imposible nombrar ni siquiera a una mínima parte de todos ellos), pero REPERTORIO EN ALTERNACIA (“La suegra”, “Los cautivos” y “El díscolo” en una misma semana, un día cada una), solamente, ÚNICAMENTE, lo hizo el TUBA, el TEATRO UNIVERSITARIO DE BUENOS AIRES. Había que escribirlo en alguna parte... porque no hay otra reseña donde figure. Toda la historia que conocemos, la de los países, la de nuestra tierra, la de la Humanidad como un todo, estará tan plagada de tergiversaciones u omisiones, como la pequeña, ínfima pero heroica y esforzada HISTORIA DEL TUBA...?.

No hay comentarios:

Publicar un comentario