jueves, 29 de enero de 2015
VALOR ENCICLOPÉDICO DE ESTE BLOG SOBRE EL “TEATRO DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES” (1974 – 1983)
Por lo general, uno no relee lo que ha escrito.
En mi caso personal, soy muy aficionado a releer lo que han escrito otros: Césare Pavese, Héctor Bianciotti, Oscar Wilde, Sábato, Victoria Ocampo y unos cuantos más…
Toda vez que se me ocurre incursionar en este Blog, cuya escritura inicié hace ya cinco años con el propósito de dejar documentada la existencia de nueve años de un Centro de Drama en la Universidad de Buenos Aires, conocido como “el TUBA” y que existió entre los aciagos años de 1974 a 1983 en la Argentina, me sorprende comprobar en el mapamundi que gira a la izquierda, la cantidad de visitas que el Blog recibe desde los lugares más remotos del orbe.
¿Será tan interesante –me pregunto-, la historia de este teatro hecho por universitarios de todas las disciplinas científicas y humanísticas… como para que los buscadores de Google en todo el mundo acudan al Blog que, en forma harto dispersa, la desgrana en sus (hasta ahora) 296 entradas (o capítulos)…?
Recién hace muy poco he descubierto, casi por casualidad, el motivo de ese global interés.
No es que los “cibernautas” vayan en busca de un Blog sobre un “Teatro de la Universidad de Buenos Aires” que existió en la Argentina de hace unos cuarenta años…
Lo que seguramente ocurre es que al pedirle a Google nombres como Anton Chéjov, Moliere, Sófocles, Esquilo, Eduardo Mallea, Lope de Rueda, Alexander Pushkin, Jean Racine, Oscar Wilde, Armando Discépolo, Ramón del Valle Inclán, Juan Carlos Ghiano, Peter Brook, Florencio Sánchez, Tadeusz Kantor, Luiggi Pirandello, Henrik Ibsen o Junji Kinoshita… el cerebro “mágico” de Google suele conducir a alguno de los capítulos del Blog sobre el Teatro de la Universidad de Buenos Aires…
¿Qué prueba esto…?: Su valor enciclopédico, evidentemente...!
Pero no se trata de que yo me haya dedicado pacientemente a acumular nombres de autores famosos o no tan famosos de la literatura dramática universal en un Blog para dármelas de sabiondo.
Se trata, simple y llanamente, de que LA HISTORIA DE ESE TEATRO DE LA UNIVERSIDAD, que fuera tan combatido en su tiempo (por la propia Universidad, hay que aclararlo) y tan olvidado después, en los 32 años que han seguido a su obligado cierre en junio de 1983, es la de un teatro cuyo REPERTORIO, mostrado al público en forma gratuita a través de 1.163 representaciones, fue un REPERTORIO CON VALOR ENCICLOPÉDICO, que abarcó todas las corrientes estético filosóficas del drama representado, desde Esquilo y su “Orestíada” hasta la humorada sobre los ejecutivos que adoran a Batman mientras hacen jugarretas con sus cuentas bancarias, en la exitosa “El día que mataron a Batman”, escrita por un estudiante de derecho e integrante del TUBA y dada a conocer durante un año entero en 1982.
El enciclopedismo es una condición inherente a toda Universidad y como “Teatro DE LA Universidad de Buenos Aires”, el TUBA fue, sin lugar a dudas, un Centro de Drama enciclopédico.
¡Qué lástima que los exégetas del lugar ocupado por el Centro Cultural Rojas, como continuidad natural del TUBA en el mismo edificio de la avenida Corrientes al 2038 en la ciudad de Buenos Aires, a un año del cierre del TUBA, no lo hayan advertido, dedicándose a exaltar como muy valedera la labor de elencos teatrales dispersos, de corta existencia y abocados a la poco “enciclopédica” tarea de “romper”, “abolir”, “burlar” o “desahuciar” toda noción de teatro basado en autores y textos de perenne vigencia, para suplantarlo por “experiencias” sólo destinadas a hacer “ruido un ratito”, como una reciente producción escénica del Rojas, de fines de 2014, en la que los personajes de una novela de Emily Bronté eran “desempeñados” (al parecer) por electrodomésticos…!!!
¡Qué raro debe haber sido verlo al atormentado Heathcliff representado por un lavarropas o un horno a microondas, pese a ser un hombre de temperamento tan caliente…!!!
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